sábado, 25 de julio de 2009

Pensé que era la hora de Alberto Zapater

Hay muchas veces que uno no logra entender las cosas que pasan a su alrededor. Y cuando hablamos del mundo del fútbol, todavía menos. Aunque ya casi nada me sorprende a estas alturas, si que siguen pasando situaciones que te hacen no estar indiferente. Te generan opinión, voluntad y sentimientos. Sin ir más lejos voy a referirme a la temporada pasada cuando el Real Zaragoza perdía el referente de su vestuario. Ese jugador que había permanecido durante toda su carrera deportiva en el club y que tantas y tantas vivencias había logrado acumular, decía adiós. Luis Carlos Cuartero, hombre de la casa, de la tierra, aragonés por los cuatro costados, se despedía de los terrenos de juegos.

Yo pensé que era por fin la hora de Alberto. Nuestro Alberto Zapater. Mi amigo Alberto. Quién mejor que él, para ser el líder del vestuario. El jugador referente de la tierra que todos los equipos necesitan y que tan necesario es. Era el jugador ideal. Sin embargo no deja de ser una sorpresa, como decía anteriormente, que el Real Zaragoza esté intentando traspasarlo. Alberto, lamentablemente, no cuenta ni para dirigentes, ni para el área deportiva, ni por supuesto para los técnicos. De nada sirve todo lo que ha dado al equipo de su tierra y de sus amores durante estas temporadas que ha permanecido bajo la disciplina del club. Pronto han quedado en el olvido sus lágrimas por el sufrimiento sentido cuando el equipo pasaba por los momentos más difíciles y delicados. Alberto siempre estuvo dando la cara el primero.

Fiel y entregado a los colores, este es el pago que le dan. Estos días no está pasando sus mejores días precisamente. Es consciente de la situación y está triste porque jamás le gustaría dejar de ser el león del equipo. El líder que se necesita y reclama el equipo. No esperaba Alberto que llegase este momento. Y todo por un puñado pequeño de euros que ni tan siquiera llenarán las pobres arcas del club. En la vida hoy día parece que todo se mueve por dinero. Todo lo demás es sucedáneo. Pero el equipo lejos de necesitar el dinero, que si que lo necesita, lo que le es prioritario en estos momentos, en tener un referente. Alguien de la tierra que sienta el escudo, la camiseta, el club y que ocupe el lugar vacío que dejó Luis Carlos Cuartero la temporada pasada. Se necesita el Raúl, Puyol, Tamudo, Albelda, etc.etc. que todos los equipos están obligados a tener.

Se equivocan quienes piensan en ceder ese protagonismo a un chaval recién subido del filial la temporada pasada, que solo lleva unos cuantos partidos en segunda división, y al que mucho le queda todavía por demostrar. Y la segunda división no es la primera. Ni es su momento, ni está preparado para ello, así que lo mejor sería dar el tiempo al tiempo y esperar. Alberto, sin embargo, ya ha demostrado quien es y ahí está su historial. Deportivo y personal. Ojala apreciado Alberto, pueda seguir viéndote muchos más años con la camiseta blanquilla. Esa que tu tanto quieres y por la que has luchado, sufrido y disfrutado hasta límites extremos. El Real Zaragoza es tu casa, tu equipo. El club del que nunca deberías ni merecerías salir.